Un equipo de Liarla Pardo ha hablado con Amancio, que tiene que soportar el acoso continuo para que pague una deuda que no tiene. Su teléfono suena una y otra vez y al otro lado siempre escucha lo mismo: le llaman moroso.

"Me reclaman más de 200 euros, me están agobiando porque dicen que me van a meter en la lista de morosos. Están de mala leche y a veces me llaman hasta tres veces al día", explica.

"Tuve que ir al psiquiatra, si quiero pedir un crédito van a mirar si soy moroso", añade.

A Miguel le reclaman una deuda de 134 euros y la presión es tal que ha llegado a desconectar su teléfono. "Era acoso y derribo mañana, tarde y noche", cuenta.

El acoso es tal que también llaman a su mujer a todas horas y hasta su hijo, que es menor, es víctima. "Me llaman al móvil incluso estando en clase, no tengo ni idea de dónde sacaron mi número", denuncia el joven.

De un día para otro, acusaron a Pablo de deber 4.000 euros y a partir de ahí también empezó un calvario para él. "Me voy un día al banco a hacer las gestiones diarias y me entero que soy moroso, me quedo de piedra. Me dijeron que tenía una deuda de 4.000 euros y que no sabían de dónde era", relata.

Poco después, Pablo tuvo que soportar decenas y decenas de llamadas y no sólo él. Su mujer, sus empleados y sus hijas, menores, también salieron damnificadas.

"Presenté una denuncia y finalmente condenaron a la empresa de telefonía a abonar una cantidad por intromisión del derecho al honor", zanja indignado este hombre.

Liarla Pardo ha hablado con Rafa Aguado, asesor legal, que explica que "llaman al entorno del deudor para presionar a personas que no están acostumbradas a este tipo de ataques e intentan así atacar al más débil".

Según destaca Aguado, "el tono demasiado agresivo busca sacar de quicio y que al final pagues". Además, alerta de que este tipo de empresas "han conseguido números de teléfono de forma ilegal cruzando datos".

También es ilegal que las compañías digan a terceras personas lo que alguien debe. "Al único al que le pueden decir lo que debes es a ti, no se lo pueden decir a tu madre, ni al vecino, ni a nadie", cuenta.

Este experto defiende también que "no puedes recibir más de tres llamadas diarias por el mismo caso" y que si has cogido la primera llamada y dices que no es tu teléfono o que no debes esa deuda "no te pueden volver a llamar porque no pueden estar todo el día reclamándote lo mismo".