Mercedes es víctima de la violencia machista y con tres hijos a su cargo tiene una hipoteca a la que no llega con su sueldo. El aviso de desahucio le llegó en plena pandemia, después de llevar 17 años viviendo en el piso que compró con su expareja. Pero él no pagaba los recibos, se gastaba el dinero en drogas y además, la maltrataba.

"Este hombre hacía de todo, me ha costado mucho salir de donde he estado. Me daba miedo, me amenazaba, me hacía sentir como una cucaracha y me veía sola. Tenía que darle todo el dinero que tenía porque si no me mataba. Yo se lo daba todo y trabajaba para él", relata Mercedes.

Ahora que ha conseguido que él se marche de la casa y tenga una orden de alejamiento, se ve con la dificultad de llegar a final de mes con sus hijos y un piso. "Si me dejan en la calle, ¿qué va a ser de mis hijos?", se pregunta. "Espero que no pase nada, que me echen una mano que me permitan un alquiler que pueda pagar con mi sueldo", explica.

Un equipo de Liarla Pardo ha acompañado a Mercedes en el día de su desahucio, donde ha estado también arropada por sus vecinos. Finalmente se ha aplazado durante unos meses, pero "tarde o temprano se va a llevar a cabo".