Diez chicas menores de 16 años estaban siendo prostituidas en Madrid hasta estas Navidades. Los proxenetas contactaban con ellas por las redes sociales. Y una vez establecida una confianza, las obligaban a trabajar repartiendo droga. Las chicas aceptaban presionadas y hacían esas entregas.

Pero es que además, cuando llegaban a las casas de los clientes, las menores descubrían que ellas eran también la mercancía, que sus explotadores habían vendido tanto la droga como su cuerpo. Los clientes de esta red pagaban por la droga y por abusar sexualmente de ellas.

Estos criminales no sólo las prostituían 'a domicilio', también las llevaban a narcopisos, para que los mismos que iban a comprar droga abusaran de ellas si querían o las explotaban también en las calles de un polígono industrial o en la trasera de una peluquería.

Y para evitar que las menores se rebelaran, se escaparan o les denunciaran las convirtieron en drogadictas obligándolas a consumir crack para que se volvieran dependientes y poder así controlarlas más fácilmente.

¿Cuál era la situación de estas chicas cuando fueron captadas y explotadas?

El periodista Leo Álvarez explica en laSexta Clave que nueve de estas chicas viven en Madrid y una de ellas es de Guadalajara. De esas nueve, sabemos por la Policía que cuatro se encontraban bajo la tutela de los servicios sociales de la Comunidad de Madrid cuando estaban siendo explotadas por esta trama.

Cuatro chicas estaban tuteladas, ¿y las otras cinco?

Las otras cinco menores también habían tenido relación con los servicios sociales de la Comunidad, pero en estos centros la vida es muy complicada y muchos de los menores entran y salen durante épocas o directamente escapan. Por lo que estas cinco chicas habían podido estar acogidas en alguno de sus centros, pero en el momento de la explotación sexual no estaban bajo su tutela.

¿Por qué la Comunidad de Madrid no puede asegurar estos datos oficialmente?

Desde el día que se conoció la noticia, ha habido varias informaciones. En un primer momento sólo reconocieron que una de las chicas había estado bajo su tutela, mientras que ahora reconocen tres oficialmente.

Sin embargo, la Comunidad de Madrid desconoce el atestado policial, por lo que desconoce los nombres de las chicas y si estaban o habían estado bajo su control. Son las propias chicas las que están desvelándolo todo.

¿Cómo es posible que la Comunidad de Madrid no hubiera descubierto nada?

En el caso de estos menores, existe un régimen abierto en el que las chicas duermen en los centros, pero no están sometidas a controles exhuastivos como para saber si se prostituyen o no, si son adictas o no, a no ser que resulte evidente. Por tanto, lo que sucede fuera de los centros no se sabe porque no tenían por qué saberlo.

Por otra parte, hay que decir que fueron los servicios sociales de la Comunidad de Madrid los que alertaron a la Policía sobre la trama después de que una de las víctimas lograra escapar y totalmente desorientada fuera llevada a los servicios sociales. En la charla con las asistentes sociales contó lo que le había pasado y fueron estos los que se lo comunicaron a los agentes.