Irene Montero, ministra de Igualdad y secretaria de Acción del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos ha sido el principal obstáculo para que la izquierda se presente unida a las elecciones del 23 de julio. Según Podemos, si Montero no estaba en un puesto que le garantice el escaño en el Congreso, no habría acuerdo. Pero en Sumar no querían saber nada de ella. se han desvelado algunas de las líneas rojas de Sumar. El objetivo con esta decisión es capear la crisis generada por la ley del 'solo sí es sí' y no vincularla con la formación de Yolanda Díaz. Ese sería el principal motivo para que Irene Montero diese un paso lado y no formase parte de las listas.
Unas listas que han sido cruciales en las negociaciones por lo que representan. Lo que todos los partidos quieren para asegurarse escaño en el Congreso de los Diputados es que su candidato vaya en los primeros puestos de las listas por Madrid. Para Sumar, sin duda alguna, primero irá Yolanda Díaz, su candidata a presidir el Gobierno. De número dos, estará otro miembro de Sumar. Los puestos tres y cuarto se los daría a Más Madrid con los que ya tiene cerrado el acuerdo. El tres para Tesh Sidi y el cuatro para Íñigo Errejón. Por lo que Podemos tendría que conformarse con poner a uno de sus candidatos en el número cinco, que ocupará Ione Belarra. Esta es la papeleta que tiene diseñada el equipo de Diaz.
Puesto número cinco para las listas para Podemos en Madrid. Pero aun así desde el equipo de Díaz aseguran que Podemos va a estar bien representado en las listas. Fuentes de Sumar aseguran que dejarían a Podemos el puesto número cuatro en las listas por Barcelona y dejarían encabezar a los morados las listas de Murcia, Cádiz, Navarra, Las Palmas y está por ver Álava.
Por su parte, a Podemos le parece insuficiente este reparto. Se sienten maltratados porque en esos puestos repartidos no se encuentra Irene Montero. No querían perder a Montero ya que consideran que es un gran activo político, pero llegado el caso, han decidido sacrificar su presencia para presentar la coalición igualmente.
Antes de llegar a este escenario, una de las primeras condiciones de Díaz fue no apurar plazos. En Sumar pensaban que apurar en las negociaciones restaba de cara a las generales. Pero esa ha sido su primera batalla perdida. Porque al final el acuerdo ha sido 'in extremis' y con polémica servida. La intención era registrar la coalición el jueves por la tarde y sin que ninguna de las partes elevara el tono. No querían repetir el escenario de Andalucía del año pasado. Decían fuentes de Sumar "este país nos esta esperando", pero al final ha sido a última hora.
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