En una carta, sin membrete, dirigida a los ciudadanos a través de Twitter, sin atril, el presidente español, Pedro Sánchez, ha planteado seriamente la posibilidad de renunciar a su cargo. En la misiva, el líder político se cuestiona la validez de seguir en medio de una ola de ataques personales y políticos dirigidos tanto a él como a su esposa, Begoña Gómez. "¿Merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. (...) Necesito parar y reflexionar con mi esposa".

Se trata de una carta con puntos muy personales, el presidente destaca la humanidad de los políticos, recordando que también son personas que sufren con los ataques personales. Expresa su dolor por los constantes ataques a su persona y revela el sufrimiento que le causa ver a su esposa convertida en un blanco de ataques injustificados. "Se nos olvida que tras los políticos hay personas. (...) Soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también".

Sánchez hace hincapié en que estos ataques no son dirigidos hacia su esposa por alguna falta cometida por ella, sino que son parte de una estrategia para afectarle a él, lo que considera una traspaso de la línea del respeto. "No soy ingenuo. Soy consciente de que denuncia a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa. Como (...) los ataques que sufro no son a mi persona sino a lo que represento".

Además, el presidente señala directamente a aquellos que considera responsables de estos ataques, sin mencionarlos explícitamente, pero haciendo referencia a la "fachosfera", medios de derecha y extrema derecha, así como a figuras políticas como Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, a quienes acusa de activar una "máquina del fango" con el objetivo de derribarlo tanto en el ámbito político como personal. "Esta estrategia de acoso y derribo lleva meses perpetrándose. Por tanto, no me sorprende la sobreactuación del Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias".

El presidente concluye su carta con la necesidad de detenerse y reflexionar sobre su futuro político. "Nunca he tenido apego al cargo. Sí lo tengo al deber, al compromiso y al servicio público".