La madre de Miriam Algueró fue diagnosticada con un cáncer cerebral muy agresivo y con un tumor en un estado muy avanzado. No era operable y el tratamiento "la hubiera dejado en silla de ruedas, ciega y en pañal", por lo que decidió no hacer tratamiento para no sufrir.

Con su permiso, sus hijas buscaron alternativas para que sufriese lo menos posible y fue ahí cuando Algueró se topó con varios curanderos estafadores. En esa búsqueda, como explica en La Roca, se cruzaron con supuestos médicos que pedían, por ejemplo, 30.000 euros por curar cáncer con un suero de bicarbonato de sodio o que proponían arrancar todas las muelas. Ni ella ni sus hermanas creyeron que estos supuestos tratamientos fuesen a ayudar a su madre por lo que no siguieron adelante con ninguno de ellos.

A partir de su experiencia fundó la Asociación de Oncología Integrativa para evitar que pacientes y familiares caigan en estas promesas milagrosas. También para "establecer qué terapias complementarias tienen evidencia científica en cuanto a mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer", ha detallado.