Equipo de Investigación entrevista a Karen de la Carrière, una mujer que estuvo en la Iglesia de la Cienciología durante más de 40 años. "Yo me casé con el presidente de la Iglesia Internacional de la Cienciología, Heber Jentz. Y tuvimos un hijo juntos".
Según afirma, fue "sentenciada" porque dijo algo que "no tenía que haber dicho", y explica las consecuencias: "Me mandaron a la zona de castigo. La llamaban 'El agujero'. No puedes hablar a nadie de fuera, no puedes hablar a tu propio marido. Es una completa prisión".
Además, añade De la Carrière, tuvo que "cavar y hacer trabajos forzosos: quitar metal de las paredes, acarrear ladrillos pesados. Me dijeron 'tienes que correr alrededor de esta piscina 12 horas al día'". De la Carrière afirma que fue "torturada en esta organización". Para más inri, según puntualiza, su marido era conocedor de estos presuntos castigos: "Pero en la cultura de la iglesia, si alguien cae en desgracia no le hablas".
Karen relata que, durante ese tiempo, su hijo fue enviado a Dallas para alejarlo de ella: "Si sales de Cienciología, hay venganza. Lo primero que hacen es alejarte de tu familia". La exciencióloga afirma que no volvió a ver a su hijo: "Mi hijo murió y la Iglesia para la que trabajé no me dijo que estaba muerto. La Cienciología no piensa en religión, ni ayudar a la gente. Sólo quieren dinero y más dinero".
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El joven reconoce estar "arrepentido" de lo que había hecho. "No podía controlar qué se hacía con esos datos, los había vendido", explica, destacando que lo hizo por una "especie de rabia o venganza contra un juez".