Una exvoluntaria de REMAR, que se encargaba de las tareas de facturación, explica que la ONG manejaban cifras de entre 20.000 y 50.000. "Eso solo con las cuatro o cinco tiendas que yo veía. Pero no me quiero imaginar con todas las tiendas que tienen", aseguraba en declaraciones a un programa de 2020.

La extrabajadora segura que entonces trabajaba con nueve personas que eran de las pocas que estaban contratadas. Es más, confiesa que entre sus labores también estaba la de cortar las etiquetas de Mango.

"Llegaban camiones de ropa de Mango, teníamos que descargar y cortarles las etiquetas para luego venderlas en sus tiendas. Era ropa donada... llegaban unos dos o tres camiones grandes al día y generalmente la ropa muy buena se la agarraban los responsables", confiesa.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de 2020.