Antes de ser detenido, el falso lama de Murcia se despidió de sus seguidores. Uno de ellos le desveló la Policía el secreto mejor guardado: un pequeño zulo escondido en una finca recóndita situada a 40 kilómetros de las instalaciones de la organización. Los agentes hallaron 180 kilos de mercurio líquido en treinta garrafas y más de 30 kilos de cinabrio guardados en cajas. En éstas figuraba el nombre de un municipio: Almadén.

"Manipulaban el mercurio en un almacén que existía en la fundación y los residuos los depositaban en una fosa séptica muy próxima a una rambla gestionada por la Confederación Hidrográfica del Segura. En esta fosa séptica hemos recogido restos que actualmente están siendo analizados", explica la Policía.

Un antiguo seguidor reconoce haber manipulado mercurio: "Él hizo un experimento, mezcló el mercurio con una serie de sustancias y había que colar ese mercurio y separarlo de esas sustancias. Estuvimos filtrando con agua y con diferentes sustancias 100 kilos de mercurio con la protección de unos guantes de ferretería, unas botas de agua, un delantal de plástico y una mascarilla". Al ser preguntado sobre el objetivo de acumular tanto mercurio, responde: "Este señor quería hacer un huevo de mercurio grande. Su propósito era que mucha gente, cuando subiera allí, sin saber por qué, fuera como zombies y subieran porque iban a sentir algo muy especial".