No todo el trabajo infantil de las plantaciones de cacao de Costa de Marfil es mano de obra esclava. Muchas familias tienen a sus hijos en el campo para ayudarles. En este país, la edad mínima para trabajar es de 14 años, aunque este límite no siempre se cumple. Así lo comprueban Jalis de la Serna y el equipo de Enviado Especial en su viaje a este país. Su objetivo es demostrar lo que allí es un secreto a voces: hay muchos niños trabajando de sol a sol menores de esa edad.

"Hemos hecho unas dos horas largas en coche, hemos llegado a un campo muy remoto y realmente hay un niño aquí trabajando", informa el periodista. El menor quita la maleza que hay alrededor del árbol del cacao. "Y hoy es día de cole", apunta Luis, colaborador del programa durante esta grabación.

Las cámaras descubren cuál es la comida de hoy para los chicos: plátanos. "Cuando la familia es muy pobre, muy pobre, muy pobre sufren un poco de malnutrición. Y esto, el taró, es como una patata. Y esto lo pones al fuego y cuando ya está hecho lo rompes y es como una castaña. Luego en casa tendrán algo de arroz pero para trabajar, durante el día, es lo que van a comer".

Un niño de 8 años está sentado en el suelo, partiendo la cáscara del fruto con un cuchillo enorme a golpes. "Esto está catalogado como trabajo infantil peligroso". Lleva tres años trabajando, desde los cinco. "El niño debería estar en el colegio", lamenta Jalis, y así es por la ley de Costa de Marfil, donde la escolarización es obligatoria. Su padre "no tiene dinero para mandarle al cole".

Uno de los trabajadores allí presentes interviene en la conversación muy enfadado. "Dice que es por culpa de los compradores, que les pagan tan mal, que por eso ellos están en esta situación. Ha vendido tres sacos y no le han pagado el dinero que le deben desde hace cuatro meses. El niño no tiene ni para vestirse".

No es el único que trabaja por esta zona. También lo hacen los hijos de los vecinos. Las autoridades no toman cartas en el asunto. "Este cacao no es ilegal. Lo que sería ilegal sería tener a unos niños ahí esclavos, maltratados, que los has mandado de otro sitio... ¡Es su propio hijo! No hay ley en Costa de Marfil que te prohíba ir al campo con tu hijo. El niño viene a ayudar al campo nada más. Porque no tiene medios para meterle en el cole", comenta Luis, que va más allá en su reflexión. "Queremos dar lecciones el mundo, ¿verdad? Y cuando nos damos cuenta de que somos nosotros los responsables...". Una frase demoledora que tiene su impacto en el equipo.

Fidele, otro de los acompañantes de Jalis de la Serna en esta grabación, señala otro aspecto fundamental: "El mensaje, para los consumidores que están en Europa, el más importante, es que paguen el precio real del cacao a los productores para que ellos salgan de esta situación de pobreza. (...) Las multinacionales mienten a los consumidores".