Isma Juárez se traslada hasta el Salón Internacional de Seguridad, donde se encuentra con Philippe, un experto en guantes de impulso eléctrico que trata de mostrarle su funcionamiento, pero este trata de asegurarse de que no saldrá herido de la demostración, aunque la respuesta del francés no le parece muy tranquilizadora. "¿Cómo no, claro que sí?", espeta el reportero.

El técnico le explica que este guante "puede suponer un arma en un segundo" y cuando extiende su brazo, aparece una chispa en la palma de su mano. "No me hagas estas cosas más. No te rías que me cago", dice el reportero.

Aunque Philippe le aclara que no es para uso de la población en general sino que es exclusivo para la Policía o las fuerzas especiales. "Es para enseñar que tienes un poder, pero no utilizarlo, es disuasión. Otra gente va a reaccionar como tú", comenta, ante lo que Juárez se excusa: "Claro, se pone alguien como Ironman y yo me cago vivo. Me tienes como un gato que ve una alpargata".