México es el segundo país del mundo más peligroso para ejercer el periodismo después de Siria. La propia Lydia Cacho ha tenido que viajar en coches blindados y con escolta, pero asegura que el miedo es "un compañero de viaje": "Te avisa de cuando debes huir, cuando te debes quedar callada, qué batallas debes elegir", aunque reconoce que "hay momentos muy angustiantes".

"Yo tengo la posibilidad de tener escoltas para que no me maten, pero hay miles de personas que caminan solas sin esa protección", ha explicado. Por ello, asegura, "el miedo se va a otro sitio".

Lydia Cacho asegura que ya son 13 los amigos que ha perdido por ejercer el periodismo en su país. Una de ellas fue Miroslava Breach, asesinada a tiros en la puerta de su casa, en presencia de su hijo. "Le había pedido que buscáramos un lugar seguro para ella, que se moviera de allí y me dijo 'no te preocupes, no se van a atrever, tengo un perfil muy alto'".

"Eso me recuerda por un lado que yo puedo ser una de ellas y por otro lado que no lo soy. Creo que lo que me hace diferente es saber correr al tiempo", ha asegurado la periodista.

Respecto a la aceptación de su familia, Lydia Cacho asegura que tiene una gran tribu que le apoya, aunque algunos de sus amigos se han alejado de ella: "Me han dicho 'te quiero mucho, pero me da miedo ir a un restaurante y ver cómo te matan'".

A pesar de estar protegida, Lydia Cacho también vivió el peligro de ejercer el periodismo en México. En el año 2000 descubrió una red criminal secuestraba a niños y niñas para ejercer la prostitución. Entonces, fue secuestrada por dos policías y torturada sexual y físicamente durante horas. En este otro fragmento ha explicado cómo vivió esta terrible situación.