Lidia Cacho es una periodista mexicana que lleva años en el punto de mira por su lucha para denunciar la injusticia social y a quienes la ejercen. En el año 2000 destapó una red de prostitución infantil. Cuando descubrió a este grupo criminal publicó 'Los demonios del edén' y envió a prisión a algunos de los líderes de esta organización.

En Mujer tenía que ser de El Intermedio ha explicado cómo comenzó todo: "Una víctima escapó de esta red criminal que compra y vende niñas para que tengan sexo con hombres poderosos, lo denunció y las autoridades avisaron al líder de este grupo". Entonces, la chica que denunció decidió pedir ayuda a la periodista, que comenzó a investigar el caso.

Tras destapar este caso, "un gobernador dio órdenes" para que fuera torturada. Todavía, dice, recuerda "con claridad" lo que sufrió en las 20 horas en las que estuvo retenida. "Los policías disfrutaban con lo que me hacían, me decían que si les denunciaba me iban a matar y me hablaban de mi familia", cuenta en su entrevista con Sandra Sabatés.

Lo más difícil para ella, asegura, fue pensar en su "familia": "Yo solo les suplicaba que si me mataban, dejaran mi cuerpo en un lugar en el que mi familia pudiera encontrarlo".

Después de lo ocurrido, el Gobierno reconoció públicamente que fue "encarcelada por órdenes de un gobernador que estaba aliado con un líder empresarial muy importante", explica Lidia Cacho, aunque cree que ahora lo que tiene que seguir "es que detengan a todos los implicados (en la red criminal) porque esto sí sería una lección fundamental".

Además, Sandra Sabatés le ha preguntado cómo es vivir en el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo. "Hay que lograr que el miedo se convierta en un compañero de viaje que te avisa de las batallas que debes elegir", señala la periodista, que reconoce que tiene "escoltas" para que no la "maten", pero "hay miles de personas que no cuentan con esa protección".