Montados en el autobús que les aleja delcolegio en el que estudiaba (o mejor dicho, gamberreaba) Pocholo de niño, Albert Espinosa y su invitado de hoy de El camino a casa prosiguen su camino, que en este trayecto les llevará hasta la playa.

El aristócrata rememora los dos grandes lemas que rigieron su casa durante su infancia: "A mamá no se le miente y 'vagos, no'", recita. "Yo eso lo tengo grabado para toda la vida", reconoce. "Es que este lema es el mejor: al papá puede que sí, pero a la mamá, no", afirma el presentador del programa. "Al papá no le veía", confiesa Pocholo.

"Cuando éramos más mayores, su frase era: 'que sepáis que os voy a dejar la calle para correr. Para que no os creáis que luego os vamos a dar dinero, no, la calle para correr'. Y así fue", afirma.

"Y en verano me mandaba a Linares, a la fábrica Santana, a apretar tuercas a los Land Rover. En enero iba a coger la aceituna, que nos daban 5.000 pesetas, y a mí me daban 2.500. Yo iba, comía migas, que hacía un frío de cojones. Bueno, siempre me ganaba mi dinerito, porque no tenía un salario. No necesitábamos dinero, porque como no íbamos a ningún lado...", le cuenta a Albert Espinosa.