No todas las leyes valen lo mismo. Ni todas son promulgadas por la misma entidad. Tampoco el proceso para aprobarlas es el mismo. Pero hay algo común a todas ellas; y es el principio de jerarquía legislativa: es decir, una norma de rango inferior no puede contradecir a una de rango superior. Si fuera así, esa norma no tendrá validez.

En el vídeo lo vemos en una pirámide que escenifica esa jerarquía legislativa.

1. ¿Qué tenemos en la cima? La Constitución. Es la norma suprema de nuestro ordenamiento jurídico.

2. Inmediatamente a continuación tenemos los Tratados Internacionales que suscribe nuestro país.

3. Después, las leyes. Hay dos tipos: Las orgánicas, y las ordinarias

  • · Las orgánicas son las que regulan las materias más importantes: derechos fundamentales y libertades públicas, como el derecho a Sanidad o la libertad de expresión. Su aprobación siempre exige mayoría absoluta del Congreso, es decir, la mitad más uno.
  • · Por el contrario, las leyes ordinarias no necesitan mayoría absoluta, se aprueban con mayoría simple de cada una de las cámaras y regulan el resto de materias.

Pero, ¿quién puede proponer la aprobación de una ley?

Si la iniciativa es del Gobierno será un PROYECTO DE LEY.

Si es del Congreso o del Senado será una PROPOSICIÓN DE LEY.

Si es de los ciudadanos, será INICIATIVA POPULAR.

4. Por debajo de las leyes tenemos las normas con rango de ley. Importante: estas no las elabora el poder legislativo, las crea el Gobierno. Es lo que se conoce como Decreto Ley. Seguro que te suena eso de gobernar 'a golpe de decretazo', ¿verdad? Estas solo deberían de aprobarse en caso de extraordinaria y urgente necesidad. La parte positiva es que se acortan los plazos porque rápidamente se someten a debate y a votación.

5. En el siguiente escalón tenemos los reglamentos, como las órdenes ministeriales.

6. En el último escalón, tenemos las leyes y normas de las Comunidades Autónomas.