Todos ellos son músicos independientes, artistas que a pesar de tener menos recursos y enfrentarse a más dificultades han decidido prestar su voz a esta causa porque saben muy bien lo que es sentirse excluidos.

Un ejemplo es Davile Matellan, que se ha convertido en el primer Musicauciado. Con sus conciertos ofrece lo que mejor saber hacer a cambio de comida, ya que entendía que "había que hacer algo a través de la música para ayudar a diversas causas sociales".

A Davile se han sumado más artistas dispuestos a colaborar con su voz para ayudar a los que más lo necesitan. 21 es otra de las bandas que se ha unido a esta iniciativa que después de Madrid recorrerá otras ciudades españolas como Gijón, Barcelona o Málaga.

El movimiento de los Musicauciados arranca la semana que viene con un ciclo de conciertos en Madrid y para asistir basta con abrir la nevera y llevar un kilo de comida para obtener tu entrada.

A partir de la próxima semana, los Musicauciados empezarán a componer la banda sonora de centenares de vidas anónimas que cada día luchan para sobreponerse a una realidad demasiado dura. Porque la música no solo amansa las fieras, también da fuerza para salir adelante.