Aurora Hernández estuvo en coma inducido en la UCI tras infectarse por coronavirus. Las sanitarias que la atendían grabaron el momento en que al fin pudo intentar hablar, con una cánula puesta, después de casi dos meses. "Pedí las fotos de mis hijos y de mis nietos, no me movía", recuerda ahora esta auxiliar de Enfermería.

Ella fue de las primeras personas en contagiarse el pasado mes de marzo, pero ahora, seis meses después de abandonar el hospital, su calvario aún no ha acabado y todavía persisten sus síntomas. "Me canso, el problema es el cansancio, me ahogo", explica.

Para casos como el suyo, el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona ha puesto en marcha una Unidad COVID Persistente, donde tratan todos los síntomas de forma multidisciplinar. Uno de los más frecuentes, según explica su directora médica, Lourdes Mateu, es el cansancio extremo.

Sin embargo, otros pacientes experimentan "fiebre, alteraciones neurocognitivas, alteraciones en la memoria, dolores de cabeza, sensaciones de ahogo y problemas digestivos".

Más del 80% de los 250 pacientes atendidos en esta unidad del Germans Trias i Pujol no tuvieron que ser ingresados en el momento del contagio. Además, al principio no había PCR para diagnosticarlos a todos, por lo que más del 78% no llegaron a hacerse la prueba, y muchos siguen sin presentar anticuerpos.

Quedan secuelas, y esas secuelas te quedan para toda la vida"

Aurora Hernández, paciente con COVID persistente

"Sin anticuerpos y sin PCR les dicen que no es COVID, a pesar de que la clínica es idéntica", indica Silvia Guerrero, doctora en Bioquímica y también paciente con COVID persistente.

En su caso, tiene claro que se contagió en el laboratorio en el que se hacían las pruebas PCR durante el primer estado de alarma. Ocho meses después, aún tiene dificultades para leer y mantener la atención, pero lo peor son los brotes, en los que sufre "diarreas, dolores abdominales que te hacen doblarte" y dolor de cabeza, según ella misma describe.

Por eso es tan importante seguir investigando el síndrome post-COVID y trabajando en la concienciación. "Quedan secuelas, y esas secuelas te quedan para toda la vida, joder, que no es un resfriado", asevera Aurora Hernández.