El exvigilante de seguridad que el pasado mes de diciembre la emprendió a tiros contra sus antiguos compañeros de trabajo en Tarragona quiere morir. Ha pedido la eutanasia, pero sus víctimas quieren que permanezca vivo mientras cumple condena.

Alegaba que no le habían pagado el finiquito, y había mandado fotos amenazadoras antes de plantarse en su empresa de Securitas y disparar a sus antiguos compañeros. Disparó a tres, después huyó, se atrincheró en una masía abandonada de Riudoms y cuando los Mossos d'Esquadra intentaron reducirlo, hirió a uno de ellos de gravedad.

En este enfrentamiento él también recibió disparos que le causaron una lesión medular irreversible. Ahora, el exvigilante quiere morir y ha logrado el visto bueno del equipo médico del hospital penitenciario donde se encuentra para que se le aplique la eutanasia.

La institución ya ha echado a andar el proceso, que puede durar todavía meses, pero en contra de que se deje morir está la acusación particular, que representa a los mossos a los que hirió. Si muere, alegan, no podría celebrarse un juicio y las víctimas no podrían ser reparadas en el derecho a que se juzgue el acto.

Expertos juristas, sin embargo, opinan que el derecho a morir dignamente es primordial y que tiene que ser respetado siempre. El magistrado Joaquim Bosch explica a laSexta que "el derecho a poner fin a su vida está por encima del derecho de los perjudicados a que se dicte una condena penal".

Los abogados de la acusación, sin embargo, piden que al juez que detenga de forma urgente cualquier protocolo de eutanasia: quieren que permanezca vivo mientras cumple condena.

Al exvigilante se le acusa de tentativa de homicidio, atentado contra la autoridad y tenencia ilícita de armas.