La Policía mantiene abierta la operación de búsqueda de los posibles autores del tiroteo ocurrido en el barrio madrileño de Sanchinarro, en el que dos hombres de unos cuarenta años y de nacionalidad colombiana resultaron heridos, uno de ellos por arma de fuego, según han informado fuentes policiales.

Registraron azoteas, garajes, trasteros, fueron casa por casa durante cuatro horas en vano porque huyeron antes, según cree la policía.

Los presuntos narcos que habían hecho que otros dos saltaran desde un cuarto piso del madrileño barrio de Sanchinarro se salieron con la suya a pesar del gran despliegue.

Uno de los heridos que se lanzó al vació con un tiro en un hombro ya ha sido dado de alta, ha prestado declaración y está detenido.

Según fuentes policiales, el detenido a declarado que iba con su compañero a vender droga y cuando llegaron al piso se encontraron a cuatro personas armadas. Cuando vieron que les iban a disparar fue cuando saltaron. Los dos heridos tenían antecedentes por secuestro y pensaban huir de España pronto.

A escasos metros de donde se produjo el tiroteo, la Policía investiga otros tres sucesos, relacionados con varios hombres armados y un piso vacío con restos de sangre y fajos de billetes de 500 euros.

La Policía ha recibido tres avisos consecutivos desde la calle Santa Susana, que dista a unos 3,5 kilómetros del barrio de Sanchinarro.

Se sospecha que se trató de un 'vuelco' o robo entre narcotraficantes. En el primer aviso se indicaba que a la altura del número 35 habían visto corriendo a dos hombres, uno de ellos con una pistola y el segundo con la cara ensangrentada. Cuando la Policía ha llegado ya no estaban.

En la segunda llamada se alertaba de que a la altura del número 20 había cuatro hombres de origen sudamericano con pistolas que se habían introducido en dos coches.

Los agentes que se han desplazado al lugar han localizado a dos de ellos y les ha trasladado a Comisaría para tomarles declaración.

Poco después, una vecina ha llamado para avisar de que en un piso del número 35 de la misma calle se habían escuchado ruidos sospechosos, y cuando los agentes han llegado la puerta de esa vivienda estaba entreabierta y el marco tenía sangre. No había nadie dentro, pero sí restos de sangre y un fajo de billetes de 500 euros en uno de los dormitorios.