El obispo auxiliar de Madrid José Cobo reconoce, ante representantes de las víctimas, que se han equivocado: "Sentimos vergüenza y dolor, sería poco evangélico mirar hacia otro lado". El obispo es consciente de la poca credibilidad que les queda. "Es triste ir por la calle o el metro y te llaman pederasta", añade.

El representante de las víctimas agradece esta sinceridad, aunque subraya que no les vale el perdón, y que dentro de la iglesia confían en muy pocos. "Yo me he encontrado con auténticos diablos", apunta Juan Cuatrecasas, padre de una víctima y presidente de 'Infancia Robada'.

El obispo insiste en que quieren acabar con esta imagen: "Que esto no sea un terreno abonado para maltratadores. El delito es delito, el encubrimiento es encubrimiento".

José Cobo ha estado en el Congreso junto a otros representantes de víctimas, reclamando que se aumenten los plazos de prescripción de estos delitos. "A los políticos españoles les falta valentía y mandan mensaje de que la iglesia está por encima", afirma Miguel Hurtado, portavoz de 'Infancia Robada'.

Se quejan de que el Gobierno solo proponía que prescribieran a partir de los 30 años. Una medida que dicen dejaría desprotegidas a víctimas del caso del monasterio de Montserrat.