Pilar lleva dos años y medio bajo el régimen de custodia compartida lo que le permite cuidar de su hijo de 8 años exactamente el mismo tiempo que su pareja. Ella asegura que su hijo está más tranquilo y sosegado y que a ella "me ha servido muchísimo para organizarme la vida".
Para Pilar todo son ventajas, porque tras el proceso de divorcio durante un tiempo solo podía ver a su pequeño cada 15 días, algo que supuso un cambio drástico en su vida diaria. "Yo lo iba a recoger todos los días al cole y pasamos a vernos un fin de semana sí y uno no y eso el niño lo notaba muchísimo" explica Pilar.
Pero el caso de Pilar es uno de los pocos que han conseguido una sentencia igualitaria para ambos progenitores divorciados. Según datos del INE, el año pasado apenas un 21% de las más de 100.000 sentencias de divorcio establecieron la custodia compartida en España.
Pilar Marco, presidenta de la Unión Estatal de Asociaciones por la custodia compartida, cree que esta cifra es muy y además señala que "estamos hablando de que cuando se entra en un juzgado es más fácil salir sin la custodia que con ella".
A falta de una ley estatal, tan solo cuatro comunidades autónomas tienen legislación sobre la corresponsabilidad parental. En Navarra, País Vasco, Aragón y Comunidad Valenciana se aplica por defecto la custodia compartida aunque se establece según los casos.
Aunque para algunas asociaciones de mujeres la medida es perjudicial porque opinan que la imposición de la custodia compartida, asegura Ana María Pérez del Campo miembro de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, acaba desestabilizando a los menores "o los niños cambian sistemáticamente de vivienda o bien los padres y con los cambios de padres también cambian las normas de educación".
A través de la Iniciativa Legislativa Popular presentada en el Congreso para la custodia compartida general, sus defensores insisten en que los beneficios son absolutos para los niños.