Rubén Castro, un joven de 27 años embarazado de 40 semanas, está a punto de dar a luz. Castro contó a laSexta que cuando comenzó su "transición", siempre tuvo "muy presente" su sueño de ser padre gestante. "Cuando he crecido y he encontrado referentes, he podido saber que mi identidad no era mujer y, sin embargo, podía gestar", expresó a lo que añadió que el tener un bebé "tiene que ver con las ganas que tú tengas".

Precisamente, a él ganas nunca le han faltado. Y ahora, gracias a la inseminación artificial, está viviendo lo que para él siempre ha sido el eje central de su vida.

Sin embargo, el proceso, que comenzó con la sanidad pública y tuvo que derivar a la privada, no fue nada fácil, tal y como confesó a laSexta: "El trato era en femenino, cuando en mis papeles en todos sitios pone Rubén y yo me refería a mí mismo en masculino".

En este sentido, Carmen García de Merlo, presidenta de COGAM, defendió que "todos los profesionales que intervienen en la preparación al parto deben estar familiarizados con estas realidades". En la misma línea, Àlex Bixquert, coordinador del grupo trans FELGTB, reclamó "protocolos y sistemas informáticos en los centros de salud que reconozcan" su "existencia".

Sin embargo, para Rubén la paternidad siempre ha sido tan importante que ha antepuesto el bienestar de su bebé a su propia identidad. Y es que antes de empezar con el tratamiento de testosterona, recurrió a la congelación de óvulos. "No me he operado de mastectomía porque quiero vivir la experiencia de lactar y es importante para mi bebé", expresó.

Su experiencia, dada la importancia que han tenido para él los referentes, verá la luz a final de año en forma de documental, del que ya hay un tráiler, en el que el joven afirma: "A pesar de lo que pueda pensar mucha gente de que esto signifique un retroceso en mi transición, para mí es todo un avance porque es donde siempre he querido estar".

Además, el joven destaca que llevar a cabo el proceso "va contra toda ley escrita en este país porque no hay nada que regule legalmente que haya una persona inscrita en el Registro Civil en masculino y que lleve a cabo este proceso". "Si no hay referentes, si no tienes a nadie en quien mirarte, tú no sabes que puedes existir", manifiesta.

Su bebé, al que va a llamar Luar, tendrá como todo el mundo sexo legal registrado pero además, dice, será educado en la diversidad, es decir, manifestará su propia identidad cuando aprenda a hablar.