Dos aeronaves de las compañías UTair y Aerolíneas Argentinas se vieron involucradas en lo que pudo haber sido el mayor accidente del Aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el pasado sábado.
El avión de UTair, un Boeing que finalizaba su recorrido iniciado en Moscú, se disponía a aterrizar cuando el Airbus de Aerolíneas Argentinas se encontraba haciendo las maniobras de rodadura pertinentes para emprender su viaje con destino a Buenos Aires.
La pericia del piloto que provenía de la capital rusa evitó la catástrofe con una rápida reacción, improvisando la maniobra "motor y al aire" -un movimiento bastante habitual en los aeropuertos- que obligó a la aeronave a rectificar su posición y ascender nuevamente, a la espera de que el otro avión se retirase de la pista.
Una portavoz de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) ha asegurado que el aterrizaje se podría haber efectuado sin ningún riesgo debido a que ambas aeronaves estaban en el lugar en el que les correspondía, con distancia suficiente entre ellas.
Según las declaraciones de la entidad, se estaba actuando de acuerdo al procedimiento, pese a que el piloto del avión ruso optase por volver a coger altura en el último momento. Además, ha añadido que ninguna de las dos compañías ha presentado ninguna denuncia.
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