Los antitaurinos denuncian de esta tradición principalmente dos aspectos. El primero de ellos es que tiene lugar en una plaza de toros que no está totalmente cerrada y que presenta una apertura al mar, algo que está prohibido por ley.

La segunda razón es porque dicen que los animales realmente sí que sufren, sobre todo, cuando caen al agua, donde pueden morir ahogados como ha sucedido en ediciones anteriores. Por todo ello, piden que se supriman estos festejos.

Por el contrario, los participantes, el público y los organizadores niegan que haya maltrato animal alguno y apelan a que es una tradición que se remonta ya a más de un siglo.

En medio de este debate transcurren estos 'Bous a la mar' que viven su segundo día. Dos jornadas en las que no hay que lamentar ningún incidente ni cogidas de consideración. "No están en su hábitat natural, pero no creo que sufran estrés", destaca una joven mientras que un animalistas lamenta que el toro llega a sufrir hasta "miedo".