El papa Francisco afirma que "la verdad es la verdad y no debemos esconderla", en alusión a los presuntos abusos a menores conocidos en Granada tras la revelación de un joven, supuesta víctima, que escribió al pontífice.
"La recibí, la leí, llamé a la persona y le dije: mañana ve a ver al obispo", dijo el papa Bergoglio sobre la carta que le envió ese joven. "Escribí al obispo para que empezara el trabajo, hacer la investigación e ir adelante", recordó el papa Francisco preguntado por el asunto durante el viaje en el avión que le devolvió a Roma tras la visita que hizo en Estrasburgo al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa.
El pontífice argentino declaró que recibió la noticia "con gran dolor, con grandísimo dolor", pero agregó: "la verdad es la verdad y no debemos esconderla".
A través de un escrito remitido por su abogado, el denunciante recordó que actuó "libre y voluntariamente" y siguiendo los dictados de su propia conciencia, como bautizado y miembro de la Iglesia Católica. "Por propia y exclusiva voluntad", añadió, informó por escrito al papa Francisco sobre los abusos sexuales reiterados de los que había sido víctima por parte de un grupo de sacerdotes y un seglar.
La primera denuncia de la víctima ante la Santa Sede fue en agosto, pero hasta octubre el arzobispado no retiró de su cargo a tres sacerdotes presuntamente implicados. El arzobispo justifica la lentitud diciendo que no querían estorbar a la justicia. Roma llegó a mandar a dos jueces de Valencia a investigar los hechos.
Un plazo que parece muy lejano a los deseos de un hombre, el papa Francisco, interesado desde el principio en concerder a estos presuntos abusos la máxima prioridad dentro de la Iglesia.