Alejandro Altisent no puede evitar la sonrisa cada vez que ve los vídeos de Marcelo, su hijo. Llevan separados cuatro meses. La madre se llevó al bebé de tan sólo ocho años a Kenia sin comunicárselo a su pareja. Un secuestro parental con el que Alejandro intenta acabar por la vía legal: “Hay que seguir adelante, intentar pensar que es lo mejor para mi hijo que será lo mejor para mí y tarde o temprano, sobre todo los padres que luchamos por nuestros hijos acabamos obteniendo recompensas”.
Por eso y sobre todo para que no se vuelvan a repetir casos como el suyo ha iniciado una petición a través de internet para que en los aeropuertos se requiera el permiso de ambos progenitores a la hora de sacar a un menor del país. Algo que se exige en muchos otros estados: “Que se pueda conseguir a través de una Oficina de Extranjería o de un Ayuntamiento donde el padre o la madre dé el consentimiento al otro padre o a la otra madre para que el niño pueda salir de la Unión Europea”.
En España hay cientos de niños secuestrados por alguno de sus padres. Pero no en todos resulta fácil llegar a demostrar que se lo han llevado de manera ilegal. El Convenio de La Haya vela porque se cumplan las leyes en ambos países implicados tras una sentencia judicial.
Es el caso de Emiliano. En España le dieron la custodia de su hijo Hugo al que no ve desde hace cuatro años. El pequeño tiene cumplirá nueve este 2014. Con la impotencia de no poder comunicarse con su hijo en todo este tiempo y tan sólo con parte de la justicia a su favor cree que el tiempo juega en su contra.