A Antonella le angustiaba hasta el simple hecho de hablar por teléfono. Y es que para algunas mujeres la voz ha jugado siempre un papel fundamental en sus procesos de transición. "Si te escuchan y no te ven, ya se crea la duda y la gente te pregunta qué eres, y es como llevarlo al límite de repetir y repetir y eso a veces agobia", expresa Antonella.

Esta presión y una discriminación con fuertes consecuencias psicológicas para muchas mujeres trans: "Puede generar situaciones de ansiedad, depresión, miedos a ser rechazadas como son", señala Alejandro Alder, psicólogo especialista en LGTBIQ+.

Por ello, Antonella decidió realizarse una glotoplastia, una operación en las cuerdas vocales, para "hacerlas más pequeñas, más cortas, más tensas y más finas", tal y como explica Juan Carlos Casado, presidente de la Comisión de Laringología de la SEORL.

De esta forma, se busca una laringe anatómicamente más femenina y "se consigue agudizar el tono vocal y hacerlo estereotipadamente femenino". "Nosotros no hablamos de feminización ni masculinización de voz, sino de aumentar el tono vocal, un tono más agudo", señala Casado.

Y los resultados, junto al trabajo de los logopedas, son evidentes, tal y como puedes comprobar en el vídeo principal que acompaña a la noticia, en el que se compara la voz de una paciente antes y después de la intervención.

En el Hospital Clínic de Barcelona, el departamento de Salut de la Generalitat, autoriza 20 intervenciones de este tipo al año. El otorrinolaringólogo Eduardo Lehrer subray al respecto que "socialmente esa persona consigue ser escuchada y ser vista como quiere".

Esta técnica ayuda a reafirmar la identidad propia de mujeres como Antonella. "A veces, ya no es el hecho de que tengas una voz femenina o no, sino el hecho de la inseguridad misma de una", reconoce la mujer. Así, la operación ayuda a muchas mujeres trans a sentirse más seguras y a alejar los fantasmas del estigma, el rechazo y la discriminación.