Ya son cinco, los mismos meses que llevamos de año, los niños asesinados a manos de sus padres o de las parejas de sus madres, que no han dudado en acabar con la vida de los pequeños para causarles el mayor daño posible a ellas.

La última víctima de esta atrocidad es un niño de 11 años hallado muerto en una zona arbolada del municipio coruñés de Oza-Cesuras, a quien se le buscaba desde que su madre denunciara su desaparición después de que el padre se lo llevara para pasar el fin de semana y no lo devolviera. El padre ha sido detenido por ser el presunto asesino.

En lo que va de año, 24 mujeres han muerto asesinadas por sus parejas o exparejas (uno de los casos aún está en investigación) y nueve menores han quedado huérfanos. La cifra de menores víctimas mortales de la violencia machista aumenta de manera alarmante y ya suman 27 desde 2013, primer año desde el que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad incluye a los menores muertos como víctimas de esta lacra.

De estos 27 casos, ocho, incluido el de A Coruña, se encuentran en investigación. La semana pasada, el 2 de mayo, una mujer de 44 años y su hijo de 12 fueron asesinados con un arma blanca en Alcobendas a manos de la pareja de ella.

Policía Nacional

Poco más de un mes antes, el 29 de marzo, una mujer y sus dos hijos, un niño de 5 años y una niña de 8, fueron asesinados por su padre en una vivienda de Campo de Criptana (Ciudad Real), quien posteriormente se suicidó.

Y un mes antes, el 3 de febrero, un hombre mató a su hija de un año al arrojarse con ella desde una ventana del hospital madrileño de La Paz tras discutir con la madre de la pequeña. "Te voy a dar donde más te duele", fueron las palabras del hombre, Vladimir V., que iban dirigidas a la madre de la niña, con la que estaba discutiendo.

Como él, desde 2013, otros 21 varones han asesinado a sus propios hijos o a los de sus parejas. De ellos, la mayoría se suicidaron o lo intentaron, de forma que llegaron a consumarlo tres en 2013, uno en 2014, dos en 2015 y otros dos en 2017.