El box de la UCI pediátrica del Hospital de Salamanca es todo lo que que conoce la niña de solo dos años que vive allí desde que llegó con apenas unos meses de vida. Rodeada de paredes blancas intercaladas con pegatinas infantiles, sin familia, pero cuidada, y mucho, por doctores, auxiliares y enfermeras que se han convertido en su familia. "Nos ha conquistado desde el primer día", cuenta Rocío Alonso, enfermera del centro.

La pequeña llegó con solo unos meses, tutelada por los servicios sociales. Tenía una patología respiratoria compleja y necesitaba cuidados las 24 horas del día. "Necesita sobre todo cuidados respiratorios, estimulación y una atención continua. Es una enfermedad crónica, relativamente rara y la niña no se puede defender de las infecciones como un niño que esté sano; un simple catarro sin mayor significación para otro niño, en su caso tiene mucha relevancia y a veces necesita soporte respiratorio", explica Eduardo Consuegra, jefe del Servicio de Pediatría del hospital.

Su casa es la UCI. Un hospital. Lleva ya 11 meses allí y ha conquistado el corazón de todo el personal sanitario. "Nosotros siempre aprovechamos cualquier espacio libre que tenemos para ir a jugar con ella, para hacerla carantoñas", cuenta Rocío. Su box es la alegría de la UCI. Siempre que pueden pasan a verla, se quedan con ella o la llevan de paseo incluso fuera del hospital, como explica el jefe de Pediatría: "La llevamos a pasear al río, para que vea los perritos, porque tenga contacto con otros niños, sienta los pájaros... Es una niña y necesita estar estimulada", señala.

Aseguran que es una pequeña muy despierta, risueña y muy zalamera y, aunque aún no es capaz de hablar, debido a su enfermedad y a la traqueotomía que tiene, se relaciona con total normalidad. Además, se hace entender muy bien e incluso está aprendiendo lengua de signos para comunicarse. "Con la mirada te lo dice todo, tiene unos ojos preciosos que te encandilan en cuanto te mira", asegura Lucía Melgar, TCAE del hospital. "Dependiendo de quién se acerque, te identifica y te hace los gestos típicos relacionados contigo", cuenta.

En estos meses su enfermedad se ha estabilizado. Si tuviera padres, ya se habría marchado a casa para seguir el tratamiento allí, como es habitual. "Como no tiene unos padres no la podemos enviar a casa. Cuando hay este tipo de tipología normalmente entrenamos a los padres para que puedan hacer estos cuidados en casa. Se les ofrece medicación y recursos como respiradores domiciliarios. Pero al no tener padres no hemos podido es mandarla a otro lugar", explica Consuegra.

De momento, desde el hospital ya se han puesto en contacto con un centro donde podría recibir todos los cuidados necesarios, pero ellos, su familia, lo que quieren es que esté con ellos. "Lo que necesita es una familia que la quiera, que la cuide y esté pendiente de ella y es muy difícil encontrar eso, porque se necesita un corazón muy grande para asumir una niña con estas limitaciones, porque necesita atención todo el tiempo. Cuidados las 24 horas. Y eso representa una carga para cualquier familia", explican. Para Lucía, es sencillo: "Es una niña fantástica y lo que queremos es que alguien se enamore de ella tanto como nosotros para que pueda vivir con alguna familia", asegura.

Desde la Consejería de Familia de Castilla y León explican que los menores tutelados por servicios sociales pueden ir a un centro de menores, donde se intenta siempre que la estancia sea lo más corta posible mientras se trabaja con la familia, o bien con una familia de acogimiento temporal. No obstante, aseguran que en niños de tan corta edad lo más habitual es que vayan directamente con una familia de acogida.

En este momento en Castilla y León hay inscritas 246 familias de acogida, 194 de ellas ocupadas ahora mismo, por lo que hay 52 familias activadas a las que se les puede avisar en cualquier momento para acoger a un menor. La Junta quiere poner en valor el papel que desempeñan estas familias que acogen a niños vulnerables y hace un llamamiento para que toda aquella familia que quiera ayudar se inscriba a través de su página web.

La marcha de la pequeña de la UCI con una familia aún no tiene fecha, pero todo el personal sanitario teme la llegada de ese instante. "Ahora que se acerca el día de la despedida, nos emociona bastante", cuenta Rocío. Para que no se olvide de ninguno de ellos, entre todos le están haciendo un álbum de fotos y recuerdos, para que jamás se olvide de la familia que tuvo en el hospital cuando estaba empezando a vivir.