Adolescentes con frustraciones, con problemas de ira y de baja autoestima. Y, sobre todo, que tienen una visión de la sexualidad totalmente alterada por una industria pornográfica a la que acceden a edades muy tempranas y que tiende cada vez más hacia un sexo violento y degradante para las mujeres. Así describen a los agresores sexuales menores sus propios terapeutas. Psicólogos con los que ha hablado laSexta, que han tenido que atender este tipo de casos. "Y además no tienen un referente al lado que les pueda explicar que lo que ven en esos vídeos es ficción, no es lo normal... Que la sexualidad que tenemos que tener no va enfocada a que sometas a una persona para que obtengas placer", indica Natalia Ortega, directora de Activa Psicología.

Su compañera de gremio, Elena Dapra, que también ha tenido en consulta a chavales con este perfil, subraya, en referencia al porno violento, que "si uno entiende que esa es la realidad, lo que quiere es replicar la realidad, y ahí es donde viene la agresión". Por ejemplo, Natalia Ortega, cuando ha tenido acceso a los vídeos pornográficos que ven algunos de sus clientes, "contienen cosas que escapan de la imaginación de cualquier cabeza más sana".

Asimismo, Ortega hace hincapié en la falta de empatía que tienen alguno de estos adolescentes. "Algunos tienen este tipo de conductas normalizadas. Ellos no llegan a valorar la gravedad que esto ha tenido. Hay que hacer una parte de reeducación y enseñarles cómo estás vulnerando los derechos de una persona y que el cuerpo de otra persona no se toca", detalla la profesional.

Otros psicólogos como Alejandro Villena, director clínico de la asociación 'Dale una vuelta', están más especializados en agresores sexuales menores a través de Internet, que en ocasiones extorsionan a otras internautas pidiéndoles fotos de contenido sexual. "Al normalizar la instrumentalización del otro y ese sexo digital donde todo vale, amplifican. Creo que Internet te da una falsa sensación de poder, y es muy adictivo. Además, la gente se engancha muy joven y cada vez quieren más. No les basta con ver una relación sexual 'normal', dentro de lo que cabe", manifiesta.

La sensación de poder también aumenta entre los adolescentes en las violaciones grupales, según estos expertos. "Se sienten más machitos porque les están diciendo que siga, que continúe, que lo haga...", describe Elena Dapra. "Quitan peso a lo que están haciendo pensando: 'No debe de estar tan mal si lo hacemos cinco a la vez", añade Natalia Ortega.

El mensaje positivo que lanzan es que este tipo de actitudes, en ocasiones, son más fácil de corregir en un menor que en un adulto. Las únicas medidas preventivas de cara a los padres pasan por una educación sexual más abierta y un mayor control de lo que ven y les llega a través de sus dispositivos móviles.