La UE también prohíbe el uso de diversos medicamentos que se utilizan en animales de granja en los Estados Unidos para el engorde, además de que en Europa se limitan los cultivos y la importación de alimentos genéticamente modificados. Estas sustancias que aún se usan en Estados Unidos son el bromato de potasio y la azodicarbonamida, que se agregan a productos horneados, si bien algunos restaurantes las han retirado presionados por los consumidores.
El bromato de potasio se usa para dar brillo blanco a harinas para el pan, galletas, masa de pastelería o de pizza. Otro producto que solo se usa en EEUU y no en la UE es el aceite vegetal brominado, que se usa en refrescos con sabor a cítricos y en algunas bebidas deportivas.
La FDA lo considera seguro en cantidades limitadas, si bien hay estudios que advierten de que su acumulación en el cuerpo pueden conducir con la edad a la pérdida de memoria, problemas en la piel y en los nervios. También están en esta tabla colorantes alimentarios amarillos, el número 5 y 6, y el tinte rojo 40, que se vincula con pérdida de la atención en niños. En la UE se pueden usar pero hay que advertirlo al consumidor, mientras que en Estados Unidos no es necesario y se utiliza en productos tan populares como el ketchup.
En cuanto a los medicamentos que se usan en las granjas, en Estados Unidos se administra la hormona del crecimiento bovino, que la industria láctea utiliza para aumentar la producción de leche.
La UE tampoco acepta la ractopamina, que en Estados Unidos sirve para incrementar el peso de los cerdos, vacas y pavos, unas sustancias que la FDA ve no obstante seguras. "En algunos casos, las compañías de procesamiento de alimentos reformularán un producto alimenticio para su venta en Europa", pero seguirán vendiéndolo con aditivos en los EE.UU., admitió Lisa Y. Lefferts, investigadora del Centro para la Ciencia en el Interés Público, una organización de defensa de la seguridad alimentaria.
En Estados Unidos existe una enmienda de la ley de 1958 sobre alimentos, medicamentos y cosméticos que prohíbe a la Administración aprobar aditivos relacionados con el cáncer, pero muchas de las sustancias problemáticas son anteriores a esa fecha y escapan de la denominada enmienda Delaney.
A pesar de ellos hay pequeños avances, como cuando en octubre pasado la FDA (la agencia de seguridad alimentaria) prohibió seis sustancias aromatizantes que causan cáncer en animales, gracias a las peticiones y una demanda presentada por el Centro para la Ciencia en el Interés Público y otras organizaciones. Las empresas de alimentos aún tendrán dos años para retirar esas sustancias de sus productos.