La empresa Eulen que limpia la terminal 4 del aeropuerto de Barajas tiene que adelgazar un 20% sus presupuestos y lo hacen rebajando sueldos de trabajadores.

Las papeleras rebosan y las mesas se convierten en basureros. Los servicios mínimos están sobrepasados. Los lavavos están inundados y por mucho que limpien, no les cunde.

La gente tiene que esperar a sus familiares entre basura y restos de comida. "Es completamente insano porque hay hasta compresas en el suelo, da asco entrar".

Los servicios de hostelería también han echado el cierre. Los casi mil trabajadores temen que los cambios en la gestión que Aena ha aprobado provoquen despidos.

La huelga de limpieza durará todo el fin de semana, y los restaurantes seguirán a oscuras hasta el sábado.