EL hijo de la mujer asesinada en 1997 por el trabajador del Hospital de Alcorcón que el pasado sábado presuntamente intentó acabar con la vida de una paciente ha pedido que el agresor, que padece esquizofrenia, "no salga de prisión".

"Lo entiendo, pero que también me entiendan a mí", ha expresado el hombre, que ha admitido que el asesinato de su madre fue "una psicosis brutal". De esta manera, ha recalcado la importancia de "que esto no se vuelva a repetir".

El presunto agresor, que trabaja en la lavandería del Hospital de Alcorcón, asesinó a dos personas en 1997, pero fue absuelto por tener esquizofrenia, tal y como figura en la sentencia.

El pasado sábado este intentó asfixiar a una paciente, pero su abogada ha argumentado que no era consciente de lo que hacía.

"Imagínese el estado cuando una persona no es consciente de que ha causado un daño sin intención de hacerlo", ha señalado Lidia San Inocencio, que ejerce la defensa del acusado.

Ella ha culpado de lo sucedido al Hospital de Alcorcón y a ILUNION, la compañía que lo contrató. "Una empresa que se dedica a la integración de personas discapacitadas tiene la obligación de hacer valoraciones médicas tanto iniciales como, posteriormente, periódicas evaluativas de los trabajadores para ver sus capacidades y sus condiciones para trabajar", ha explicado.

Según sus compañeros del hospital, el acusado trató de autlesionarse con un cúter tras la presunta agresión del sábado. Además, intentó suicidarse hace dos meses.

El psiquiatra que lo trató hace 22 años no entiende cómo no saltaron las alarmas. "Tuvo una tentativa de suicidio e ingresó en la Unidad de Psiquiatría del hospital donde trabaja. A mí eso me parece suficientemente grave, porque estaba claro que se estaba desestabilizando", ha apuntado.

Por su parte, el Defensor del Paciente ya ha pedido al fiscal de Madrid que investigue cómo fue contratado este hombre, si este tenía tratamiento y qué seguimiento médico recibía.