Circular por ciudad o en carretera con mucho tráfico puede resultar estresante, especialmente en horas punta o en operaciones de salida o retorno en festivos o puentes. Por ello, puede resultar habitual escuchar un pitido de claxon en determinadas situaciones como cuándo estamos parados en una carretera o cuándo alguien tarda más de lo esperado arrancar al cambiar a verde un semáforo.
No todo el mundo tiene la misma experiencia al volante y cuándo algunas personas van con prisa desplazándose en coche, canalizan su descontento o enfado a través del pitio, pero la Guardia Civil ha recordado en sus redes sociales que no se debe emplear la señal acústica a la ligera. De hecho, ha señalado que según la normativa de la DGT tan solo se puede usar en determinadas situaciones y que en caso de no usarlo cumpliendo las reglas, le puede costar al conductor una multa.
En este sentido, ha señalado que los únicos momentos en los que se permite el uso del claxon son las siguientes:
- Evitar un accidente: según la normativa, los conductores pueden usar esta señal para alertar a otros conductores que están cometiendo una infracción y que puede poner en riesgo la integridad de otros viajeros.
- Avisar de un adelantamiento: para alertar al resto de vehículos que se va a adelantar en caso de visibilidad reducida.
- Transporte urgente al hospital: si llevamos a un herido, una embarazada que está de parto o un enfermo a urgencias de algún centro sanitario, se permite emplear el claxon para avisar la urgencia
En caso de emplear el claxon en una situación que no esta permitido, la Guardia Civil recuerda que puede resultar en una multa. Esto se debe a que el ruido que emite un claxon es de unos 90 decibelios, un sonido que se sitúa bastante por encima del umbral tolerable por las personas según la OMS (65dB), y por ello no debería emplearse en situaciones de tráfico que no están recogidas.
Concretamente, la multa por usar el claxon en la calle en una de las situaciones en las que no está permitido puede costar una multa de 80 euros al estar considerado como una utilización indebida de las señales acústicas. No obstante, en caso de haber modificado el claxon para que suene más alto o que emita sonidos no reglamentarios la multa se elevaría a los 200 euros.
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