A pulso, todas a una levantan una falla: grito contra el cáncer de mama. Luchan para que la enfermedad no les tumbe. Paz, hace cinco años, recibió su golpe.

"Se te viene el mundo al suelo en un segundo. Tratas de convencerte primero que no puede ser, que es un mal sueño que esto va a pasar", relata Paz Moreno, Ha tenido cáncer de mama dos veces

Perdió los dos pechos, pero se levantó y siguió. Su meta ahora es ayudar y concienciar. "Esto le puede pasar a cualquiera, somos una de cada ocho mujeres las que sufrimos esto. Y bueno que hay que luchar todos no solo los que pasamos por ahí, porque al final hoy me toca a mí pero mañana te toca a ti y no sabes", añade Moreno.

Una enfermedad que también vivió su hija Lola: "Le ayudaba y me sentía bien y se me quitaba la pena". Lo que ven y sienten los niños está reflejado en el monumento infantil.

Una comisión quiere que su falla informe y recaude fondos para investigar el cáncer de mamá: "Como el ave fénix que dice que una vez se ha quemado, vuelve a renacer. Nuestro proyecto queremos que no se quede ahí, sigamos ayudando a la investigación", explica Kepa Llona, presidente de la Comisión Palleter-Erudito Orellana.

Plantan la esperanza con 17 metros de falla, hecha con miles de varetas de madera: "Tantas varetas simbolizan la cantidad de afectadas que hay con el cáncer de mama", destaca Manolo García hijo, artista fallero.

La base se puede visitar y escribir mensajes. Todo con mucha simbología. La lucha: un palleter. "Es un valenciano que se levantó en su momento contra una causa y ahora se levanta contra el cáncer de mama. La investigación, el libro y luego el mundo que estamos todos inmersos en esa enfermedad. Me parece bien que las fallas sirvan para algo más que para quemarse. Si sirven para algo más pues bueno, un granito de arena más", explica Manolo García, artista fallero.

Quieren que las llamas no apaguen la luz al reto de acabar con el cáncer.