Su indiscreción le delató, el aviso de un testigo fue la clave para identificarlo. Escuchó estas palabras, según varios medios, y no dudó en reproducírselas a la Policía: "Lo he dejado muerto. Me tengo que ir (...) lo he dejado allí tirado en la carretera (...) tengo que coger un avión". Así lo publica ABC.

El testigo estaba visitando a un familiar en una corrala de Pozuelo de Alarcón, Madrid, en la que vive el acusado del atropello. Mientras fumaba, escuchó dos conversaciones.

En una de las conversaciones escuchó cómo el hombre hablaba del suceso con un vecino: "Lo he atropellado, ha sido cerca de la parada". Así lo recoge El País.

Después, continúo relatando los hechos por teléfono y en sus conversaciones no escatimó detalles de cómo había quedado el vehículo. "El parabrisas está roto, he dejado el coche junto al trabajo".

El testigo aportó también un dato significativo: el acento. Pensó que debía ser "argentino, uruguayo o Paraguayo" y no se equivocó. Según la policía, el acusado tiene doble nacionalidad: argentina y paraguaya. El testigo también contó que vestía un mono de trabajo, según los vecinos se dedica a la construcción. Con estos datos, el testigo fue a la comisaría.

La investigación dio un vuelco y los agentes lograron detenerlo antes de que pudiese huir a Argentina. Ahora, se podría a enfrentar a tres delitos: homicidio, omisión de socorro y contra la seguridad vial, penados cada uno entre cuatro y seis años de prisión.