David Serrano, dueño de la finca de Totalán en la que falleció el pequeño Julen tras caer en un pozo, afirma a ABC que "ni la Guardia Civil se creía que Julen estuviera en el pozo. Los primeros tres días, hasta que no se contrasta el ADN, no se lo creen. Creían que estábamos mintiendo".
Según explica el diario, Serrano lamenta que los agentes les plantearan que si era posible que en un despiste el niño no estuviera allí pese a que lo familiares les habían dicho que "lo había visto su padre y mi mujer, que el padre lo escuchó llorar". Los agentes habrían buscado a Julen por todo el entorno.
Posteriormente, en sus declaraciones a los medios, se derrumbó explicando que tiene "una niña de dos años que estaba jugando con Julen" y podría haber sido ella la que hubiera tenido el accidente. "Eso es lo que no me voy a perdonar, que no vi ese peligro ahí", cuenta.
Los operativos de rescate lograron sacar el cadáver de Julen del pozo a las 1.25 horas después de 13 días de trabajos.
Antonio Flores, el abogado del dueño de la finca de Totalán donde se encontraba el pozo donde se encontró el cuerpo sin vida de Julen ha explicado que el pocero le dijo literalmente a su cliente que "lo tenía todo en regla".
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