Juan Antonio le había dicho a su familia que cuando se jubilase no iba a parar en casa. Era deportista, activo y vital, hasta que un coche se cruzó en su camino mientras iba por el carril bici.
Dos años después siguen sin saber nada del conductor que lo atropelló. Los ahorros de toda la familia ya no dan más de sí para pagar los 3.500 euros que cuesta su rehabilitación al mes y aún no tienen fecha de juicio porque la evaluación del médico forense no llega; aunque gracias a la fortaleza de todos ha podido salir adelante.
El caso de Juan Antonio es un ejemplo. Él, con secuelas de por vida, al menos puede contarlo. Iñaki Lejarreta, Víctor Cabedo, ciclistas profesionales y decenas de anónimos no. Este año 47 ciclistas han perdido la vida en carretera. España es país europeo con más accidentes con ciclistas implicados.
Los ciclistas piden más sensibilización a los conductores y sentido común. Quizá así se habrían evitado muertes como la de Lejarreta o la de Víctor Cabedo, también ciclista profesional.
Sus nombres se suman a una estadística cuyas últimas cifras oficiales, de 2010, demuestran que en España suspendemos en respeto a la bici: 3.600 ciclistas se vieron implicados en accidentes de tráfico y 67 de ellos se dejaron la vida en la carretera.