La Guardia Civil escoltó a un joven de Malí que decía tener 17 años y que saltó la valla de Melilla el 2 de diciembre. Sin mediar palabra, los agentes abrieron la verja y lo expulsaron a Marruecos. Una nueva deportación ilegal.

Según afirma José Palazón, director de la ONG 'Prodein', "es una detención ilegal porque lo detienen y lo expulsan. No le leen sus derechos, no tiene abogado, no tiene intérprete, no se puede hablar [...] La actuación que tienen las mafias".

Lo detuvieron cuando estaba encaramado a la valla y lo entregaron al ejército marroquí incumpliendo la legislación nacional e internacional. Lo hicieron, según explica Palazón, "con el agravante de que el chaval es menor de edad y los menores de edad tienen en nuestra legislación una mayor protección". 

Fue la segunda vez que el joven intentó entrar en España, la primera vez las fuerzas marroquíes se lo impidieron a golpes. Zakarias Diallo afirma que "al intentar subir la primera valla, me pegaron y me rompieron los dientes, me quedé inconsciente. Cuando desperté me pegaron otra vez, pero pude volver al Gurugú". 

Denuncia que los militares marroquíes emplean la fuerza sin escrúpulos: "No tienen diferencias entre niños y adultos, nos pegan a todos con los mismos palos". La delegación del Gobierno en Melilla reconoce que fue un rechazo en frontera y sostiene que saltar una valla no es la vía para solicitar asilo.