No es una victoria para los padres. Hoy se ha incorporado el nuevo pediatra al hospital de Toledo pero no es un pediatra oncológico, como llevan tiempo reclamando las familias. "¿Nos va a poner la quimioterapia un pedriatra normal?", lamentan.

Por delante todavía les quedan muchos pasos por conseguir, como habitaciones de aislamiento y una unidad de día que no cierre a las tres de la tarde. Sus preocupaciones no van a menos.

117 kilómetros de Ciudad Real a Toledo. Es lo que recorre Laura con su hijo Samuel para su tratamiento oncológico. En el hospital de su ciudad, asegura, no hay medios para atenderlo.

Estas madres escucharon al presidente de la diputación defenderse, explicando por qué abandonó el pleno. Algo que para las familias carece de sentido. Recuerdan una vez más con la misma fuerza que la enfermedad de sus hijos no entiende de colores políticos, y que el tiempo juega en su contra.