Muchos madrileños llegaban a la capital con una gran noticia, y es que había muchos huecos para aparcar, hasta que conocían las nuevas restricciones del Ayuntamiento. Algunos se han encontrado de bruces con la restricción, como José María Chamorro, que explica que "todas las mañanas vengo a currar y a ver qué hago ahora".

Trabajadores de Madrid que tenían aprietos por el sencillo hecho de tener un coche. Incluso algunos albañiles vigilaban desde sus andamios que no les pusieran una multa. Los parquímetros no harán caja, pero ingresos va a haber, porque las multas por aparcar en zonas donde no está permitido llegarán hasta los 90 euros, y además no son anulables.

Pero hay que tener cuidado, porque aunque se ha repetido que en los alrededores de los hospitales se hará la vista gorda, hay casos en los que pese a tener un ticket de estacionamiento en la puerta del hospital de La Luz, tienen una multa. También nos hemos encontrado con el del típico truco de dejar las luces de emergencia puestas, porque "todos los párkings están llenos", como comenta un afectado.

La cruz la muestran los barrios periféricos, en los que se necesita tiempo para aparcar porque están completamente llenos. En estas zonas, aparcar simboliza lo que es tener un día de suerte.