Hasta ocho horas después, los efectos de la bebida siguen afectando a la conducción. Es la prueba a la que miles de españoles se enfrentan, y a veces el ingenio les lleva a hacer de todo para evitar dar positivo.

Una aseguradora ha presentado un estudio sobre este asunto a partir de una encuesta realizada a conductores de toda España y que concluye que el 10% de ellos -2,6 millones si se extrapola al censo total- ha puesto en práctica alguno de esos trucos. 

Entre los más conocidos, los encuestados no dudan en nombrar los granos de café, precisamente expuestos en muchos bares en platitos para chuparlos y disminuir así el olor a alcohol. 

Otra de las falsas creencias, y que se coloca en el número dos del "top 5" de los trucos, es esperar entre una o dos horas antes de volver a conducir, pero esto tampoco da resultado, ni masticar chicle o comer caramelo (tercer mito), beber agua (cuarto) o hacer ejercicio antes de someterse al control (quinto).

Pero hay otras prácticas menos habituales que, sin embargo, no sorprenden a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que en más de una ocasión han tenido que ver al conductor masticando césped, lamiendo la batería de litio de su móvil, chupando monedas de cobre o haciendo flexiones en pleno asfalto. 

Hay quienes ven en los controles un afán recaudatorio, y por eso justifican estos trucos, pero la realidad es que cada año cientos de personas mueren por culpa del alcohol en la carretera. Por eso lo mejor es no beber.