Con cascos para montar en bici, de obra, de esquí o incluso con cazuelas en la cabeza o con cubos de playa. Los niños de educación infantil del colegio Cervantes en Valencia sonreían al entrar en clase, aunque a sus padres no les hace gracia la situación y para protegerles de posibles desprendimientos del techo y como protestas han decidido llevarles al colegio con casco.
Desde la asociación de padres y madres del colegio aseguran que el problema viene de largo. Han caído hasta en tres ocasiones y según los padres la Generalitat de Valencia no le pone solución.
Según el AMPA, en el Cervantes hay 190 niños de entre tres y cinco años distribuidos en ocho aulas. Cuatro de esas clases estarían afectadas.
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