La violencia vicaria es una de las formas más crueles de violencia machista: agredir a menores con el objetivo de causar el máximo daño posible a sus madres. Niños y niñas que también son víctimas directas de la violencia de género. El último caso lo hemos conocido en Las Palmas de Gran Canaria, un hombre que está dentro del programa VioGen ha sido detenido en Santa Brígida acusado de maltratar a sus dos bebés.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, actualizados a 31 de mayo, en España están activos 1.177 casos de mujeres con menores en situación de riesgo, un 45% más que el año pasado cuando los casos activos eran 812. De estos casos hay cinco en riesgo extremo y 133 en riesgo alto.

Se trata de menores que pueden ser agredidos por los maltratadores de sus madres. "La protección en materia de violencia de género se hace pensando en la madre, y los hijos e hijas son como un suplemento al que se amplía la protección pero no se hace una valoración del riesgo pensando específicamente en ellos", nos cuenta Ada Santana, presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes.

Entre las medidas de protección en riesgo alto se incluye un vigilancia frecuente y aleatoria tanto en el domicilio como en el trabajo de la víctima y también en los centros escolares. En los casos de riesgo extremo la vigilancia es permanente, 24 horas. En los casos de riesgo medio la vigilancia es ocasional.

Precisamente esta mañana la Fundación Mujeres ha presentado el VII Informe Anual sobre la situación de los huérfanos y huérfanos de violencia machista. Entre otras medidas piden que "el paraguas de protección no se corte a los 18 años, que haya medidas de acompañamiento por encima de la mayoría de edad", explica Marisa Soleto directora de la Fundación.