Son altamente venenosas, capaces de inmovilizar a grandes peces con la toxicidad que emiten sus tentáculos, que pueden alcanzar hasta diez metros de longitud. Su nombre, carabela, no es casual: una 'cresta' similar a la vela de un barco le permite surcar las aguas con rapidez, lo que impulsa, unido al temporal, su aparición en las costas del Mediterráneo.
Pueden confundirse con las medusas, pero no lo son: se trata de una agrupación de organismos tremendamente tóxica. Su peculiar pigmentación azul y rosada las hace aún más llamativas, pero a pesar de la espectacularidad de sus colores, debe evitarse cualquier contacto con ella: "Se produce un dolor de picazón e incluso un poco de parálisis en la zona afectada", declara la bióloga marina Ana Gordillo, aunque tranquiliza: "En ningún caso es mortal".
Sus efectos son claramente diferenciables: además de la quemazón e irritación de la zona, pueden aparecer otros síntomas como inflamación, náuseas, vómitos, dolor de cabeza o nerviosismo; pero el más peligroso es la parálisis, ya que podría impedir que llegáramos a tierra en caso de que atacase mientras una persona está nadando.
Si sufre el ataque de una de estas falsas medusas, debe lavar la herida con agua salada de forma inmediata, ya que el agua dulce intensifica los efectos urticantes de la picadura. Posteriormente, se debe intentar retirar el tentáculo con unas pinzas o guantes y evitar hacerlo con la la mano desnuda para no extender el veneno.
La brutal picadura de una carabela portuguesa en Murcia
Una joven de 22 años ha sido víctima de la picadura de esta falsa medusa en una playa de Lorca, en Murcia. La chica tuvo que ser ingresada en el hospital ante las graves lesiones, según informa 'La Opinión de Murcia'.
La picadura tuvo lugar en la playa de Puntas de Calnegre, en Lorca, cuando la joven se bañaba en el mar y sentía el contacto de la carabela portuguesa, que le produjo graves heridas.
La chica tuvo que ser trasladada al Hospital Virgen de la Arrixaca después de que esta falsa medusa de la familia Physaliidae se encaramara a su hombro con sus tentáculos cuando a la joven aún le llegaba el agua a la altura de las rodillas. La picadura le provocó graves lesiones en la espalda, el brazo y el propio hombro.
"Todo ocurrió en décimas de segundo", explicaba la víctima de este ejemplar altamente tóxico. "Tenía todas las zonas en las que me había tocado la carabela hinchadas, tenía un bulto enorme", relataba en declaraciones al citado medio de comunicación.