Se saltan semáforos en rojo, circulan en dirección contraria y esquivan peatones como pueden… Todo para llegar los primeros a la meta. A estas carreras se las conoce como ‘Alley Cats’, gatos callejeros en inglés.

No hay permiso para convocarlas y los participantes se enteran del recorrido momentos antes de comenzar. Uno de los corredores nos cuenta que las ‘Alley Cats’ “son legales e ilegales sí y no”. “Puedes saltarte siete semáforos, cinco cruces, y hacer cinco ‘pirulas’ o puedes ir bien...”, nos devela.

Su reglamento no exige que se incumplan las normas de circulación, pero para llegar el primero cada corredor hace lo que sea. Cogen atajos por túneles, por la acera, por vías de tren.... Siempre con bici de piñón fijo, sin frenos.

A muchos incluso les da igual que haya un agente regulando el tráfico para saltarse un semáforo. Estas carreras son una moda en ciudades de todo el mundo y Madrid y Barcelona no son excepción.

Ayuntamientos como el de Madrid aseguran que no tienen ninguna queja ni incidentes registrados por estas competiciones. Aunque algunos ciclistas admiten que no siempre llegan a meta.

Para la Policía resulta muy difícil detectar estas carreras. La premisa es ocultar su objetivo si un ciclista es parado por un agente. Simplemente dice que llevaba prisa.