Mientras mataba a sus tíos y a sus dos sobrinos, Patrick fue narrando en tiempo real a su mejor amigo lo que hacía, comentando: "No veo la hora de terminar con esta mierda, comer, dormir e ir para casa a dormir en mi camita".

En su relato, primero cuenta que asesinó a su tía Janaína, a la que decidió taparle los ojos porque le "agobiaba para mirarle para la cara de mierda", y añade que le colocó una bolsa en la cabeza.

Leyendo la conversación a la que ha tenido acceso la revista 'Interviú', se aprecia cómo Patrick disfruta con la matanza, afirmando que "ha llegado el mejor momento: descuartizamiento".

Después, asegura, acabó con la vida de los dos niños y esperó a que llegara su tío diciéndole a su cómplice que "al menos mi tío es más ligero que su mujer".

El asesino confeso que llegó a intercambiar más de 100 mensajes con su amigo Marvin, mensajes desenfadados plagados de macabros detalles, que demuestran la frialdad de Patrick, como por ejemplo "lo dejo desangrándose y me hago un atún con pan".

Incluso el propio Patrick parece ser consciente de su falta de empatía y apego, afirmando que "pensaba que iba a vomitar, pero he empezado riéndome, sin sentir nada".

Además de estos mensajes, el presunto asesino envió a su amigo brasileño una veintena de fotos posando con los cadáveres y los charcos de sangre.