Alejandro Rodríguez, Agente Forestal asegura que los que se están “jugando el tipo" son ellos, "los que estamos a pie de campo y en peligro". A la denuncia de equipos obsoletos se une la de falta de efectivos, un extremo que niega la Xunta de Galicia. Tomás Fernández Couto, Secretario Xeral de Montes explica que tienen "vehículos con cierta edad, pero que se renovarán cuando sea necesario. Estamos en crisis".

Peter, Pablo y Xosé son trabajadores de la empresa pública Seaga, encargada de la extinción. Visitan, de paisano, un terreno quemado porque todavía no han comenzado a trabajar.  Peter asegura que ahora están “en casa, no estamos trabajando. La Xunta no nos llama”.

De los 7.000 efectivos que prevé el Plan del gobierno gallego sólo están activos 2.000. La Xunta contesta que el operativo es el mismo que el año pasado y que los trabajadores antiincendios se irán incorporando progresivamente.

Pablo Buj Rey, de Seaga Servizos Agrarios Galegos denuncia la "la improvisación y precariedad trabajando". La Policía y los propios vecinos se vieron obligados a apagar con sus propios medios. Los brigadistas dicen que "es el ejemplo de falta de efectivos".

Los brigadistas denuncian que sólo son contratados tres meses al año, lo que repercute en la eficiencia del trabajo. Xosé Ignacio Magariños Blanco, de Seaga Servizos Agrarios Galegos explica que “se debe hacer antes este trabajo de prevención”. Con las llamas amenazando el verano gallego, los trabajadores antiincendios exigen una política de prevención y extinción más eficiente.