Los 16 activistas de Greenpeace que realizaron la protesta de la central nuclear de Cofrentes se enfrentan a una posible pena de tres años de cárcel acusados de entrar a la fuerza y enfrentarse violentamente con los guardas de seguridad, de los que uno sufrió heridas en el forcejeo. 

Se trata del juicio más duro al que nunca se han enfrentado activistas de Greenpeace. Mario Rodríguez, director de Greenpeace España, afirma que “es de una desproporción muy grande, esperemos que se haga justicia". 

Los implicados se sientan en el banquillo acusados de desorden público, lesiones y daños durante esta protesta en la central nuclear de Cofrentes.Ambiente noche autos: “Atención, se declara alerta de emergencias”

Según la denuncia, uno de los acusados hirió con la radial al guardia de seguridad, algo que según la ONG es falso y cree que al poner en evidencia la seguridad de las instalaciones tratan de hacer ver que ha habido agresiones.

Con su cámara como única arma, el fotoperiodista Pedro Armestre captó la protesta aquella madrugada. Ahora es uno de los acusados, aunque se defiende asegurando que "las tres acusaciones que tengo son totalmente falsas".

Desde su detención se ha encontrado con problemas a la hora de hacer su trabajo, como en la proclamación del rey, donde le "retiraron la acreditación pòr motivos de seguridad", según comenta. Una seguridad pudieron burlar en la central nuclear más potente de toda España.