Rosalía Iglesias, esposa del extesorero del PP Luis Bárcenas, reconoció el pasado día 27 ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que la mantiene imputada por delito fiscal en el "caso Gürtel", que tiene una "confianza total y absoluta en su marido", que era quien llevaba los negocios familiares. "No soy tonta ni mucho menos pero en mi casa, en mi familia, hay una distribución de papeles".
En la grabación de la declaración que se produjo horas antes de que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 enviara a prisión al exsenador del PP, a la que ha tenido acceso Europa Press, Iglesias aparece serena y reconoce que nunca ha preguntado a su esposo por sus negocios porque ya le conoció "con un tipo de vida, sus negocios, su puesto en el PP".
"Tengo una confianza total y absoluta, lo digo delante de usted", señaló Iglesias, para añadir que pese a su implicación en esta causa "no se le ha desdibujado ni un segundo" la imagen de su marido. "Si mañana me da un documento y me dice que firme lo voy a hacer", señaló en un momento de la comparecencia, y cuando el juez Ruz le preguntó si haría sin leerlo contesto: "Pues si".
"Cuando a mi marido me dice que firme algo, como todos los temas económicos, gestionarlos, mover el patrimonio, los lleva él, tiene mi autorización beneplácito, mi todo, y por supuesto, mi firma", ha insistido.
Pese a que en la comisión rogatoria remitida por el banco suizo Lombard Odier aparece una cuenta ha su nombre, la mujer de Bárcenas afirmó ante Ruz que nunca tuvo cuenta en Suiza y que de esa información tuvo conocimiento hacía pocos días.
En este punto, ha explicado que a al extesorero le gusta viajar desde que ella le conoce, y que lo hacen bastante gracias a una situación económica que se lo ha permitido.
"A él siempre le ha encantado organizar viajes y tanto su pasaporte como el mío los tiene él porque se encarga de los viajes y los billetes", y no le constaba que su marido hubiese hecho de ello un uso indebido.
Además, Rosalía reconoció ante el juez que había acompañado a su marido en muchísimos viajes de esquí, que en ocasiones viajaban solos y en otras con su hijo, y que en determinados momentos ellos se quedaban paseando mientras su marido se excusaba "porque tenía gestiones de trabajo que hacer". Cuando entraba en un banco se quedaba "en una salita esperando".
"Eso está basado en una relación de muchísimos años de una confianza total absoluta, que he tenido tengo y que tras cuatro años y medio de proceso que llevamos sigo teniendo igual", subrayó.
SE NEGÓ A CONTESTAR A LAS PREGUNTAS DE LA FISCALÍA